SANACIÓN Y SINCRONICIDAD


¡Enciende la luz en tí, después enciéndela en los demás! De la misma manera que la luz se extiende por el cuarto cuando una vela enciende a la otra, así nosotros debemos extender el amor de corazón a corazón. Babaji



viernes, 25 de marzo de 2011

miércoles, 23 de marzo de 2011

martes, 15 de marzo de 2011

NUESTRA GRAN CRUZ ENERGÉTICA

  • ¿Por qué el desequilibrio en nosotros?
Cuando aparece una molestia, una enfermedad, incluso sin llegar a ser nada importante, nos sentimos cansados, no podemos con la vida, nos sentimos abrumados sin causa aparente, detecto siempre ,en el paciente que acude a mi consulta, un desequilibrio en lo que para mí es una cruz energética importantísima en el Ser. Esta cruz tiene dos ejes, un eje cuya energía discurre por la columna vertebral desde la coronilla hasta la base de la columna, conecta la energía que recibimos de la tierra con la energía que recibimos del cielo y se unen a la altura del plexo solar, por encima del ombligo. Y un eje simbólicamente transversal que relaciona la energía del lado derecho del cuerpo, hemisferio izquierdo cerebral, con la energía del lado izquierdo del cuerpo, que corresponde al hemisferio derecho cerebral. Analicemos estas energías, porque del equilibrio de ellas, depende muestra salud a todos los niveles.
  • La energía de la tierra.
La energía que viene de la tierra, sube por la base de nuestra columna, por el centro de nuestro abdomen, hasta llegar a encontrarse con la energía del cielo, por encima del ombligo, en el centro energético del plexo solar. Nos permite estar anclados, nos da la fuerza de la supervivencia, la estabilidad, el arraigo. Vivir nuestra realidad como seres físicos, andar presentes en nuestras realidades cotidianas, afrontar nuestros problemas diarios con resolución, ver claro el paso que debemos dar en cada momento, tener fuerza para ello. Cuando esta energía no fluye bien nos falta la acción, es muy fácil torcerse un pie, dudar ante todo, no saber afrontar los acontecimientos más fáciles, tener miedo , en resumen no saber andar por el mundo en sus distintos grados, como si desapareciera la tierra de debajo de nuestros pies.
  • La energía del Cielo
Es la Energía que baja desde un plano Superior, se introduce por nuestra coronilla y fluye por la columna hasta encontrarse con la de la tierra. Nos conecta con el mundo espiritual, con el cosmos, con nuestra esencia, con nuestra conciencia, con el mundo de las ideas, de la creación, nuestros pensamientos, nuestros ideales. Cuando no estamos bien conectados a esta energía, nos sentimos deprimidos, vacíos, desmotivados, sin ideas. Sin poder dirigir nuestros pensamientos hacia ningún fin. Estamos desconectados de la parte que nutre nuestra Esencia, nuestro Ser espiritual.
  • La energía del Hemisferio Cerebral Izquierdo

Rige el lado derecho del cuerpo. Se ocupa de nuestra parte racional, asociado con el intelecto. Nuestro pensamiento lógico, analítico, calculador. Controla el lenguaje escrito, hablado, la habilidad numérica. Es nuestro lado práctico, ordenado, detallista. Es dominante, directo, realista, frío. Es el hemisferio que suele organizar nuestro trabajo, obtiene la información necesaria para encontrar dónde esta la solución a nuestros problemas.

  • La Energía del Hemisferio Cerebral Derecho

Rige el lado izquierdo del cuerpo. Se ocupa de nuestra parte intuitiva, metafórica, simbólica. Desde ese hemisferio construimos los pensamientos flexibles, la imaginación, nuestro sentido artístico, nos permite crear posibilidades fuera de los patrones establecidos. Es nuestro lado idealista, espiritual, perceptivo el cual además se encarga de generar ideas creativas.

  • ¿Qué hacemos con estas diferentes energías?
Todas las energías de las que hemos hablado son partes importantes de nuestro Ser completo. Todas ellas son complementarias, no son unas mejores que las otras, cada una de ellas se utiliza en circunstancias distintas, pero la realidad es que frecuentemente abusamos más de unas que de otras, dejando en desequilibrio la opuesta. Por ejemplo en el trabajo acostumbramos a utilizar el hemisferio izquierdo más que el derecho ya que nos da la impresión que así controlamos más, pero es una realidad latente que si fuéramos capaces de utilizar el hemisferio derecho seríamos más creativos y podríamos generar ideas diferentes y más innovadoras. Necesitamos por otro lado el equilibrio de las energías que nos aportan una base, un sustento, pero sin dejar de contemplar que somos seres espirituales. Todo ese equilibrio al que tenemos que tender, nos aporta en definitiva la tan anhelada felicidad y armonía, pues nos hace tomar consciencia de lo especiales, perfectos y completos que somos, y de la gran cantidad de posibilidades y herramientas que poseemos.
  • ¿Cómo podemos equilibrar nuestros ejes Energéticos?
A través de la Sanación Energética, el Reiki, los arquetipos etc. detectamos si existe un desequilibrio importante en el fluir de los diferentes tipos de energía y los reequilibramos, de tal forma que la persona vuelva a sentirse en conexión con todos sus ejes, con todos sus potenciales, lo que hace que recupere su fuerza, su bienestar y la capacidad innata de afrontar su vida adecuadamente. Además, existen diferentes ejercicios para equilibrar los distintos ejes. Hay ejercicios para anclarse en la energía de la tierra, a través de la meditación por ejemplo reforzamos el canal que nos conecta con el cielo, escuchar música específica, moverse (caminar, saltar, correr), dibujar, pintar activa nuestro hemisferio derecho cerebral y nos permite estar más receptivos y abiertos a recibir ideas geniales, a que nuestra intuición nos guíe fácil y acertadamente. Así que hay muchas formas de equilibrar nuestros ejes, sólo debemos saber cual es nuestro desequilibrio y ponernos a ello para restablecer la armonía.

EL TIEMPO, NUESTRO GRAN ENEMIGO

Cuantas veces hablamos del tiempo que se nos escapa. En nuestra consulta muchas veces hacemos esta misma reflexión, ante la respuesta unánime de “es que no tengo tiempo para hacer un tratamiento”. Es cierto que nuestro día a día está repleto de obligaciones, el trabajo, la compra, la familia, el tumbarse en un sofá después de un día agotador, el footing, las llamadas, los amigos etc. Pero no es menos cierto que todas esas obligaciones a un ritmo trepidante nos van desgastando, nos van estresando, nos van separando de nuestra propia esencia. La reflexión que propongo es, ¿yo importo?, ¿Yo deseo estar bien? ¿Cuánto tiempo me dedico a mí, a mi equilibrio, a relajarme, a mi armonía personal?, ¿Cuando y como recargo mi energía?, ¿Cuando entro en contacto con mi Ser? La respuesta a estas preguntas suele ser la misma, nunca o casi nunca. Priorizamos todo lo que nos rodea, pero parece que nosotros no contamos. El final de esta vorágine suele ser un accidente, una enfermedad, una depresión o un ataque de ansiedad. Es la forma en la que nuestro cuerpo o nuestro Ser, nos para y nos hace saber que este camino no puede seguir así. Cuando nuestra alma no está conforme con la vida que llevamos, surge la enfermedad. Finalmente de 168 horas que tiene una semana o 360 horas que tiene una quincena, ¿no puedes disponer de 2 o 3 horas para ti? Para acudir a un tratamiento que te reconectará contigo mismo, te reequilibrará tu cuerpo físico, mental, emocional, te relajará de todas las tensiones acumuladas, en definitiva te ayudará a afrontar tu propia existencia. Espero que tu respuesta sea SÍ PUEDO, SÍ ME QUIERO, SÍ SOY PRIORITARIA, porque esta será la mejor manera para sentirte bien, para alcanzar todos tus objetivos, para poder cuidar desde tu equilibrio a todos los que te rodean, para tener la energía suficiente para que el tiempo te cunda y para que tu Ser, o sea TU cuentes en tu vida.